Descripción
En muchas ocasiones y de diversas maneras Dios se manifestó como un Padre amoroso de los hombres, a quienes dio la vida y con quienes quiso trabar una alianza de amor, según la cual Él los mantenía en la existencia y los protegía. Por su parte, ellos debían reconocerlo, amarlo y obedecer su voluntad. En realidad, los hombres somos expertos en pecar, es decir, en quebrantar los pactos de amor con Dios, y Éste es experto en perdonar.
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