Descripción
La Virgen del Perpetuo Socorro, cuya veneración se inició en el siglo XV, ha sido desde entonces refugio de fe y milagros. Su imagen, testigo de tempestades y guerras, continúa siendo un faro de esperanza que nos recuerda el amor incondicional de la Madre y el Hijo. Confiemos hoy nuestras intenciones a su perpetuo socorro.
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