Descripción
Todos en vida buscamos ser dichosos. Unos buscamos la felicidad por un camino, otros por otro. Estamos como sedientos de dicha y de felicidad. La cuestión es que muchos buscamos saciar esta sed, bebiendo en fuentes que no sacian. Jesús a cambio nos propone: “Si tú me pides a mí de beber, yo te daré un agua viva que sacia para siempre la sed” (Jn 4.10).
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