Descripción
Cada flor tiene aroma propio, pero todas exhalan el buen olor de Jesucristo. Algunas semejan orquídeas excepcionales; otras recuerdan a las violetas, por su sencillez y humildad; y otras son como el follaje que resalta el esplendor de las demás. En estos seis volúmenes se recuerda a los eudistas que florecieron en Colombia desde 1883. Ellos fueron modelos, maestros codiscípulos o alumnos de los actuales eudistas: testigos que nos marcaron con su ejemplo, profesores que nos transmitieron su sabiduría, compañeros que nos compartieron su amistad, o discípulos a quienes procuramos formar. Todos ellos fueron trasplantados al jardín celestial.
Entrego este ramillete a mis hermanos eudistas para que su conocimiento impida que se marchiten nuestros recuerdos y, en la escuela de quienes ya partieron, la Congregación siga produciendo flores, con vestidos más regios que los usados por Salomón en el esplendor de su grandeza.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.