Descripción
El carisma de discernimiento consiste en un instinto o luz particular, que comunica el Espíritu Santo, para discernir con un recto juicio, o en sí mismo, o en otros, de qué origen provengan los movimientos interiores del alma.
En este sentido escribe San Pablo: “El que se tiene por profeta o por hombre inspirado por el Espíritu, reconocerá que esto que les estoy escribiendo, es un mandato del Señor” (1 Cor. 14,37).
Ahora bien, este carisma no tiene por objeto discernir los espíritus que evidentemente son buenos o malos. Para esto no es necesario un carisma; basta el juicio recto de un cristiano instruido.
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